Crónica: De los primeros dos segundos

Mucho trabajo, muchas tareas y poco tiempo para escribir en el blog... :( mala combinación.

Asi que aqui dejo algo de mi colección de Crónicas (si, nuevamente). Escrito después de ese mágico momento que todos en alguna ocasión añoramos, y que pocos podemos atesorar de esta manera.

Fue tan repentino, espontáneo, me sorprendió. Y aunque solo fue un ínfimo instante, prevalecerá por siempre en mi mente. Comenzó con un cosquilleo en mi estómago, que pronto se volvió una sensación cálida y reconfortante, recorriendo rápidamente el resto de mi cuerpo. Llenó poco a poco las células de mi piel, adormeciendo mis brazos y piernas, sensibilizando mis manos, llenando mi cabeza de electricidad. Un resplandor violáceo llenaba mis ojos, quienes aún cerrados pintaban tu rostro tan perfectamente que no había duda que estuvieras ahí. Y ese dulce aroma que resulta de combinar tu cabello y tu perfume ahora inunda mi nariz, recordándome lo cerca que estas de mí. El espacio a nuestro alrededor desaparece, y solo puedo escuchar tu respiración y algo que creo son los latidos de mí corazón. Mi cuerpo empieza a sentirse más ligero, comenzando a flotar, dejándose llevar por el viento, si rumbo, asido solo de tu mano, la cual ahora aprieto tiernamente. Subo hacia el estrellado cielo, y al abrir los ojos nos veo desde arriba, juntos, como nunca antes, compartiendo el aliento, los latidos, la emoción, y ese creciente cariño que cada vez más se solidifica en eso que los ángeles reparten, y nosotros los mortales conocemos solo como amor. Poco a poco aligeras el paso, te vas alejando de mí. Mi cuerpo regresa lentamente al suelo, y mis extremidades recobran su movilidad. La cálida sensación regresa poco a poco al estomago, y es reemplazada por un pequeño aleteo de mariposas. Mis ojos comienzan a abrirse de verdad, y se concentran en esa sonrisa que pintas en tu rostro: cómplice silenciosa del rubor de tus mejillas. Inhalo por última vez esa mezcla de oxígeno con olor a ti, para después susurrar: ‘Te amo, te veo mañana’. Y es así que en tan solo dos segundos te adueñaste de mi vida, y ese memorable instante sobrevivirá por siempre en mi mente, en mis labios, y en mi ser.